Sun Xintang

Conversación con
Álvaro Bisama y Arturo Fontaine

Álvaro Bisama: La visita de Sun Xintang nos obliga a poner atención no solo a la literatura comparada, sino que también al mapa de las lenguas en general. Sun Xintang no es un extranjero en América Latina, tiene bastante tiempo de su vida invertido en esta zona del mundo abriendo puentes entre China y nuestro continente. En Chile es consejero del Centro Regional de Institutos Confucio para América Latina y antes dirigió en México el Instituto Confucio que tiene su sede en la UNAM. Conoce nuestras culturas gracias a sus estudios de filología hispánica en la Universidad de Lenguas Extranjeras de Luoyang, su maestría en traducción por la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing y luego su doctorado en lingüística en la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai. Ha ejercido como profesor visitante en la Universidad Antonio de Nebrija, Universidad Rey Juan Carlos y Universidad de Alcalá, en España; en el Instituto Politécnico de Leiria de Portugal. Es autor de varios libros de materiales de enseñanza de español para estudiantes chinos.

Ha traducido del chino al español una serie de títulos en diversas disciplinas, desde economía, defensa, filosofía, narrativa y poesía. Mientras que como traductor al chino ha trabajado con la obra de autores como Juan Marsé, Ramón Díaz Eterovic, Graciela Araoz, Margarito Cuellar y Nicanor Parra. Coordina proyectos de traducción literaria de alta productividad, entre ellos «Joyas de Literatura Contemporánea China» y «FAROLAS», con más de treinta títulos publicados. Hoy nos visita para acercarnos a la obra de Mo yan y darnos un panorama del repertorio literario actual en su país.

Sun Xintang: Es un honor para mi ser el primer chino invitado a esta cátedra y un honor aún mayor ser quien tenga como misión introducirlos a Mo Yan, que como saben fue reconocido con el Premio Nobel de literatura en 2012. Partiré hablándoles de su físico. No es un capricho comenzar por su figura porque es él mismo quien se refiere a ella. En el distrito comercial de la ciudad de Shanghai podemos ver una estatua erigida en su honor. Esta muestra tan solo una cabeza, no un busto como es habitual o una figura completa, sino que una cabeza calva en la que el rostro dibuja una expresión clásica del escritor. Sus labios apretados y las mejillas comenzando a inflarse. El mismo escritor se describe a sí mismo en la novela La República del vino (publicada en español en 2010) «de cuerpo obeso, pocos pelos, ojos rasgados y boca sesgada». Mientras que en el discurso de recepción del Premio Nobel dice de sí mismo «Soy genéticamente feo desde que nací». En china habitual escuchar que se reeren a su «cara de oso panda». Ustedes mismos podrán revisar el resto de su discurso donde las alusiones a su físico son numerosas. Ahora quisiera pasar ya otros aspectos del autor. Mo Yan es un seudónimo y significa, paradojalmente, «no hablar». Su nombre es Mo ye y nació en el año 1955 en Gaoni, una localidad que queda en la provincia de Confucio, Sandong. El escritor se ha encargado de describirla: «El lugar de la tierra más bello y más feo, más metafísico y más vulgar, más sagrado y más mundano, más capaz de beber y de amar». La mayoría de sus obras se localizan en el paisaje de esta región. Es parecido al Macondo de Gabriel García Márquez o al Yoknapatawpha de William Faulkner, pero con la diferencia que esta localidad no es una ficción, sino un lugar que sí existe. Gaomi es su tierra natal.

La educación que recibe es solo primaria. Mientras cursaba su quinto básico estalló la Revolución Cultural. Tuvo que abandonar sus estudios y convertirse en campesino, pastor, trabajador de una fábrica de algodón hasta alistarse en el ejército a los veintiún años. EL escritor explica que su motivo fue no sufrir más hambre. Llegó a ser oficial de ejército. Comenzó a publicar libros mientras aún estaba en el ejército. Estudió más tarde en la academia de artes del propio ejercito, lo que después le permitió cursar una maestría en literatura en la universidad Normal de Beijing y, finalmente, un doctorado en la Academia de las Letras de Lu Xun.

Su primer libro salió de imprenta en 1981. Desde ese momento ha probado ser un escritor prolífico con once novelas hasta la fecha, además de 29 nouvelles y ochenta cuentos distribuidos en siete libros, cinco libros de ensayo, nueve guiones de cine además de piezas de teatro. Es prolífico no solo en la cantidad de títulos, sino que también por que su obra tiende a ser voluminosa. Sus obras traducidas al español superan las cuatrocientas o setecientas páginas. También sabemos que su productividad no termina aquí. Mo Yan es conocido por la velocidad con la cual produce cada obra. Por ejemplo, las setecientas y más páginas de La vida y la muerte me están desgastando (2006) le tomaron cuarenta y tres días. Las baladas del ajo (1988) en treinta y cinco días. Pero además es el escritor chino con una imaginación más prolífica. Además del Premio Nobel y muchas distinciones en China, Mo yan también ha recibido más de una veintena de reconocimientos en Taiwán, Corea, Japón, Estados Unidos, Francia, Italia y otros.

La fundamentación para darle el Nobel fue por su literatura que responde al realismo-alucinatorio, una etiqueta que resalta la característica de su obra capaz de describir la historia contemporánea china mezclando fantasía y realidad. Sus maestros innegables son William Faulkner y Gabriel García Márquez, especialmente Cien años de soledad. El escritor recuerda que la primera vez que la leyó pensó inmediatamente que él también podría escribir una novela como esa, de la misma forma en que García Márquez se acerca a la obra de Kafka.

Hoy es el escritor chino más traducido, incluso antes del 2012, pero sus traducciones al español, al alemán o al francés no vienen directamente del chino sino que desde el inglés, desde las versiones que el cinólogo estadounidense, Howard Goldblatt, ha preparado. Ana Gustavson, cinóloga sueca, tradujo directamente desde el chino al sueco. Sin estas traducciones nunca habría podido capturar la atención del jurado del Premio Nobel. Sus obras traducidas al castellano son catorce, la mayoría con la editorial Kailas que lamentablemente no tiene distribución en Chile.

Para conocer su obra es necesario contextualizarla en el desarrollo de la literatura china contemporánea. La tradición literaria china es milenaria. En forma escrita tiene ya quinientos años y reside principalmente en la poesía. La narrativa, en cambio, no tenía tanto peso en la antigüedad. El termino mismo para narrativa en idioma chino es el mismo que designa el habla vulgar o los rumores callejeros. Su origen está en la dinastía Tang, en el siglo IX, pero la narrativa llega a su cumbre solo en las últimas dos dinastías chinas que van del siglo XIV al XVIII. Las obras clásicas de la narrativa china se produjeron en esta época, pero en la mitad del siglo XX sobrevino un giro de la lengua china que corresponde a su modernización, lo que a su vez también termina modernizando a la literatura. Desde ese punto, desde la fundación de la República Popular China en 1949, comienza la periodización contemporánea de la literatura que coincide también con la historia de China. Pero en estos setenta años la narrativa china no se ha producido con un vigor sostenido. Las primeras tres décadas, por ejemplo, hasta el año 1976, que es el término de la Revolución Cultural, la producción narrativa china (con excepción de Hong Kong y Taiwán, me refiero solo a China continental) fue casi inexistente debido a las barreras ideológicas.

Normalmente la crítica en China divide en dos fases la historia literaria contemporánea. El canon literario del real socialismo chino obedeció a una cita de Mao que dice «la literatura y el arte deben servir a la política», expresado en un discurso del año 1942. De tal modo antes de la fundación de la República Popular ya se sabía a qué respondería el canon literario chino. Esa es la razón por la que durante la primera mitad no se produjo una narrativa importante. Sin embargo, desde el inicio de la reforma política conocida como «la apertura China» en 1978, se produjo un cambio trascendental. La cultura entra en una etapa de prosperidad, florece con ella la literatura. Desde ese momento hasta ahora surgen varias corrientes literarias que cambiaron sobretodo el campo narrativo.

La primera de ellas llega hasta mediados de la década de los ochenta y se conoce como «Literatura de cicatrices y de reflexiones». Su máxima preocupación fue la liberación del espíritu de la gente y denunciar los efectos sufridos por millones de personas durante la gran Revolución Cultural. Es una literatura de retrospección y reflexiva que ahonda en el pasado reciente. Desde la China contemporánea dirige su mirada crítica al período ya mencionado que no sirvió sino para arruinar la vida de muchos chinos y para transformar la sociedad china en un páramo cultural desolado. A pesar de llamarse Gran Revolución Cultural sus efectos la asemejan a una gran destrucción. Esta fue entonces una literatura de denuncia y de crítica abierta contra los abusos de esa época. Esta corriente tomó su nombre de un cuento de Lu Xinhua, «Las cicatrices», publicado en 1978. Tuvo una inmediata aceptación y circuló por todo el país apenas publicado, lo que también logró convocar a otros autores a la denuncia. Uno de sus mayores exponentes fue Zhang Xianliang que en su novela La mitad del hombre es la mujer (1985), suscita mucha polémica con su descripción de escenas sexuales. Habla de un intelectual enviado a un campo de trabajo forzado por diez años mostrando su agotamiento, frustración y sufrimiento. Mo yan se unió a esa corriente literaria. Publica en 1985 la novela corta El rábano transparente, donde habla de un muchacho de diez años que es flaco, sucio y silencioso, casi salvaje, abandonado por su padre y maltratado por su madrastra, reclutado para trabajar en una construcción de un puente como ayudante de herrero. Este libro tiene una particularidad cuando se le compara con la demás literatura de la época. La crítica social es más discreta, más bien se centra en la sensibilidad, como una forma de cristalización de los sufrimientos del niño que creció casi mudo en la época. Es una forma de representar de manera menos brusca las cicatrices y sufrimientos de la época.

La segunda corriente narrativa surge a comienzo de la década del ochenta y duró hasta los años noventa. Se le conoce como «Literatura en búsqueda de raíces». Un artículo del año 1985 del autor Li Hangyu le da nombre a esta corriente. El artículo se titula Las raíces de la literatura y logró levantar una polémica en torno al legado de las tradiciones chinas en la literatura actual. Ya para entonces las reformas y la apertura estaban avanzadas en China, de modo que en cierto sentido es un llamado a buscar más allá de la revolución cultural, ir a las raíces tradicionales de la cultura en busca de motivos. Es un genuino despertar cultural, es un intento de emparentar las tradiciones con la modernidad, una búsqueda de los valores espirituales en las manifestaciones culturales de antaño. Las tramas de esta corriente literaria solían desarrollarse en tiempos lejanos o en territorios en los que no se perdía aún el sentido primitivo y esencial de la cultura tradicional. Cabe decir que fue una literatura que se mantuvo aislada de la influencia de occidente, al menos en su contenido, aunque sí incorporando técnicas de narración aprendidas de las obras extranjeras en traducción. En los años ochenta se produjo un boom en la traducción de obras al chino. Los escritores de Latinoamérica, incluso chilenos, llegan masivamente a China en ese momento. Eso permite decir que hay una influencia importante de Latinoamérica en la literatura china contemporánea. Varias generaciones de escritores, incluyendo el propio Mo yan, reconocen abiertamente la influencia de la literatura latinoamericana, sobre todo la del realismo mágico. Entre las obras más importantes de esta corriente está la novela corta de Han Shaogong titulada Pa pa pa (2008 se publica en español). Habla de un niño con retraso mental que vive en un pueblo apartado en las montañas. Tanto el futuro del niño, como el destino de ese pueblo funcionan como un símbolo. Las obras de Mo yan que coinciden con esta corriente son Las baladas del ajo (1988) y El clan del sorgo rojo (1986). La primera de estas es una novela que fue censurada en China por exponer la corrupción de los funcionarios básicos del régimen. Su conexión con la narrativa clásica consiste en la estructura por capítulos tal como lo hace El sueño del pabellón rojo, una novela escrita en el reino de la dinastía Qin (S. XVIII) por Cao Xueqin. Las baladas del ajo fundamenta cada capítulo en un poema folclórico o popular de un poeta ciego, que es también un personaje en la novela, y que sirve como una forma de abrir los capítulos. Mientras que El clan del sorgo rojo (1986), libro que fue adaptado al cine por Zhang Yimou y que ganó el oso de oro en 38o Festival de Cine de Berlín. Esa novela es la interpretación de la vigorosidad, así como de la búsqueda de la libertad de creación a través de la gente de su propia tierra.

Al término de los ochenta y al comenzar los noventa en China se produjo una tendencia vanguardista en la novela. Esa es la tercera corriente y agrupa una literatura que innova en estilo y técnica, que hace notar su intención de romper con la literatura de los años precedentes. La característica es su experimentación de estilo donde priman las formas textuales sobre el contenido. Uno de los títulos importantes de la época es el Anecdotario de mi tierra natal (1993) del escritor Liu Zhenyiun.

Es una novela escrita con cientonueve entradas a modo de diccionario. En ella explica todo el universo de un pueblo apartado en el sur de China. Entre las entradas se encuentran las historias y tradiciones, los dialectos de este pueblo y crea un universo arraigado en las tradiciones más antiguas de China. Mo yan inscribe dos novelas en esta corriente, son dos títulos marcadamente vanguardistas. Trece pasos (1989) y La república del vino (1992). La traducción más precisa del último título debiera ser la república del licor y no del vino, porque el destilado de cereales es lo que más se toma en China, pero como la versión en castellano viene del inglés el título se hereda. Cuenta la historia de un condado chino que es el condado del licor. Es una sátira sobre una absurda sociedad china de canibalismo. En la novela habla de un gran banquete en el que se sirve un bebé cocido. Es en su estructura que Mo yan acerca esta novela a la experimentación de vanguardia. Introduce en el hilo de la historia una serie de enlaces intertextuales. Se introduce la correspondencia de un escritor llamado Mo yan con un doctorando en licor en la trama de investigación de un agente de policía. Su trabajo revela una esta de corrupción fiscal que le impiden seguir con su trabajo y lo terminan absorbiendo en las mismas prácticas que pretendía exponer. La otra novela, Trece pasos, habla de un profesor de física que resucita en el momento en que su cuerpo es depositado en la cámara frigorífica antes de ser maquillado, lo que produce una serie de eventos impredecibles.

En los años noventa, en un campo literario cada vez más diverso, prolífico y maduro, consiguió abrirse paso una nueva tendencia conocida como neorrealismo. Esta tendencia fijó su mirada en la historia de la gente común de la sociedad china contemporánea. Gente corriente que en su día a día se debate frente a una existencia marcada por dificultades, tradiciones y anhelos personales en medio de ciudades multitudinarias en pleno crecimiento urbano. Es una narrativa descriptiva que intenta llevar al lector hasta una realidad objetiva, desnuda y sin artificios. Dos obras de Mo yan pueden ser calificadas como parte de esta corriente. Una de ellas es Rana (2009) y Shifu, harías cualquier cosa por divertirte (2000), colección de cuentos, donde el relato central, que perfectamente podría ser una novela corta, relata la vida de un obrero durante una gran crisis de empleo que sufrió China. Pero Rana es más importante, es una de las mejores novelas que tocan el tema de la planificación familiar en China. La rana simboliza en China la fertilidad, de ahí el título. Como saben, paralelo a la reforma y apertura de China de 1978, el estado implementó la política de planificación familiar que ustedes conocen como la ley del hijo único. Esta ley tuvo grandes consecuencias tras cuarenta años de aplicación porque la filosofía tradicional China, según lo afirmado por Confucio, hay mayor felicidad en el hogar con hijos varones. Esta ley contradijo a esa tradición lo que trajo profundas consecuencias sociales. En Rana habla una partera, la tía del narrador, que atendió los partos de casi todos en el pueblo. Pero luego, con la planificación familiar, su trabajo comienza a relacionarse más con el aborto que con el parto. Esta novela se puede leer junto al cuento titulado Niña abandonada, que es parte del libro Shifu…, aunque fue publicado en los ochenta ya hablaba de las consecuencias que traería la aplicación de esa ley.

La última corriente literaria de China es la nueva novela histórica. Su telón de fondo es la historia moderna de la historia china contemporánea, pero su objetivo no es el de describir los avatares de un periodo mediante sus grandes sucesos y personalidades, sino mas bien contar la historia por medio de personajes comunes y corrientes de una manera más cercana e íntima las circunstancias políticas e históricas que les tocó vivir. Prima entonces la voz del individuo frente a la voz global escrita con grandes nombres. La obra más importante de Mo yan que cae dentro de este período es Grandes pechos y amplias caderas (1996). Es un homenaje a la mujer y a través de ella a la familia y al linaje femenino. Otra novela es El suplicio del aroma de sándalo (2001). En ambas se relata la historia moderna de China. Si en Grandes Pechos… se habla de los primeros sesenta años de la República Popular China, en El suplicio… se retrocede aún más, incluso hasta la revolución de los boxers del siglo XIX.

Después de estas cuatro tendencias literarias hay dos obras que se sitúan más allá. Una de estas es muy difícil de situarla, La vida y la muerte me están despertando (2006), que como novela es una obra maestra. Narra la historia contemporánea china desde los años cuarenta a los noventa, mediante un terrateniente chino que fue fusilado en la reforma agraria comunista, pero que ha reencarnado en animales. Esta novela recurrió al concepto budista y permite que la voz reencarne seis veces, porque según la doctrina debe reencarnarse justo seis veces para volver a ser un humano. Pasa por buey, burro, perro, mono, etc. A través de estos animales el narrador observa las grandes transformaciones sociales y políticas del siglo XX en China.

La otra novela es Cambios, una nouvelle donde Mo yan habla de los grandes cambios que vive el narrador junto a sus compañeros de colegio después del periodo de la reforma y apertura.

Para ahondar más sobre el autor les recomiendo una reseña de tres novelas que hizo el escritor chileno Ramón Díaz Eterovic en la revista Carcaj publicada por Lom. Mi misión ha sido dar un arco general y muy breve, espero haber dejado claro que para la literatura china Mo yan es un personaje central. Tanto su obra como la obra de sus contemporáneos son un testimonio de que la literatura china llegó a un estado de desarrollo autónomo y próspero. El nivel de calidad así como su presencia en el mundo van creciendo en variedad de estilos y pluralidad de temas, mientras que sigue en una permanente búsqueda. Hoy, vive su mejor época.

Arturo Fontaine: ¿Sueño del pabellón rojo, a qué período responde?

Sun Xintang: se trata de la cumbre de la narrativa china, es una novela de mas de mil páginas que es parte del periodo clásico.

AF: entonces ¿cómo es posible que después de esa novela cumbre la tradición no haya sido capaz de producir nada durante la época de Mao, o es que no rescatas nada de ese periodo?

SX: no, no hay nada y se debe, como dije, a las condiciones ideológicas. Muchos autores dejaron de escribir y los que continuaron cambiaron totalmente su estilo y la dirección de su obra. Se adaptaron a la panfletización política de la literatura. Desde los cincuenta a los setenta hubo producción literaria, pero casi el cien por ciento de ella responde a este fenómeno propagandístico real socialista. Hoy nadie lee esos títulos porque no tienen calidad literaria.

AF: ¿el cambio se produce, a tu juicio, principalmente por la llegada de las traducciones?

SX: no, antes. Se produce ese cambio a finales de la década del setenta después de la muerte de Mao cuando se produjo la política de apertura al exterior de China y la reforma económica. Desde ese momento, cuando los chinos comienzan a disfrutar de mayor libertad en todos los sentidos, los escritores a su vez gozan de un mayor espacio de expresión. Mo yan, por ejemplo, publicó su primer cuento en 1981, pero ese primer cuento ya no se le considera un texto de mucha calidad literaria porque habla de la lucha de clases a tono con la época.

En los años sesenta hay una novela que se titula Camino dorado resplandeciente. Habla de una colectividad, una comuna, y su avance hacia el comunismo, pero ya nadie la lee.

AB: ¿con qué libro debe partir un lector si se quiere acercar a Mo yan? ¿Podrías compartir un poco sobre tu propia relación con Mo yan como lector? ¿Con qué libro empezaste? ¿cual ha sido tu recorrido? ¿fue cambiando tu propia relación con su escritura a medida que esa obra también se transformó de corriente a corriente?

SX: Mi recomendación es comenzar sin dudas por La vida y la muerte me están desgastando. Para mi es su mejor novela, ya describí de qué trata y los recursos que usa, pero lo que podría agregar es que su estructura es magistral. Mo yan revela que llevaba años en macerando el proyecto de esta novela sin poder ejecutarlo porque no sabía como iniciarlo, pero una vez fue a un templo budista y se sintió inspirado.

AB: ¿es budista Moyan ?

SX: No. En China es así, la gente tiene una afiliación cultural con el budismo y unos pocos son los que además son creyentes. Yo mismo, que tampoco soy creyente, voy seguido de visita a templos budistas.

AF: ¿cuánto ha influido el tema del cine en el desarrollo de la literatura contemporánea? En mi caso, por ejemplo, leí el libro después de haber visto la película El Clan del sorgo rojo. Y mientras avanzabas en tu exposición me pareció reconocer entre los títulos de las novelas a otras películas.

SX: A mi también me sucedió lo mismo; vi la película antes de leer El clan del sorgo rojo. Así es como yo llegué a Mo yan. Es que en los años ochenta con la película ganó mucha fama gracias al reconocimiento de la crítica, pero es mas bien en la década posterior que Mo yan se convierte en un escritor consagrado. La mayor polémica que levantó fue con su novela Grandes pechos, amplias caderas, tanto por el título como por la descripción de escenas eróticas en la novela. En China entonces esta novela fue muy pirateada y su distribución fue masiva.

AB: ¿óomo circulan los libros pirateados en China?

SX: antes voy a terminar de responder tu pregunta anterior y la que me hizo Arturo.

Mas tarde leí La vida y la muerte… y Rana, que son novelas que cada vez me despiertan mayor interés. Como autor desarrollan un sentido del humor que es efectivo y a la vez humilde. Mi contacto con él surgió en 2012, antes de su Nobel, cuando dirigía un centro de traducción al español de literatura contemporánea china. Organizamos un seminario en torno a una de sus obras y lo conocí en ese contexto. Entonces dijo «cualquier traducción de alguna de mis obras es un hecho positivo».

Después del Nobel le tomó cuatro años volver a publicar. Al parecer en esos años no logró escribir. Son todos cuentos los que publica después.

En los noventa había en China mucha piratería, todo escritor famoso la sufrió, tanto autores chinos como extranjeros. Por ejemplo García Márquez y Vargas Llosa la sufrieron. Pero desde el ingreso de China al OMC el gobierno comenzó a aplicar medidas cada vez más estrictas de protección de la propiedad intelectual. La situación de hoy es diferente. Hay piratería, pero mucho menor.

AF: Al leer Rana uno se pregunta qué impacto tiene eso. Al leerlo me parece ver la misma torrencialidad de Faulkner en Mo yan, pero eso se puede deber a que el traductor del inglés debe consultar a Faulkner en materias de estilo antes de ponerse a traducir. Esa torrencialidad viene aparejada de descripciones de escenas terribles, en Rana eso le corresponde tanto al parto como al aborto. Entonces me pregunto si eso tiene cierto impacto político.

SX: efectivamente, la planificación familiar durante mucho tiempo fue un tema sensible, tanto en los medios de comunicación como en la literatura. Pocos escritores lo tocaron. Mo yan en este sentido fue muy atrevido. Lo que describió, a veces de manera feroz y cruel, en esa novela, son casos reales que se repiten en muchas partes de China. En los primeros años de la aplicación de esta política, por ejemplo en los ochenta, se produjeron muchas tragedias, entre ellas el aborto obligatorio. Esto causó que las mujeres huyeran de sus hogares para escapar de esa política cruel. Hay casos de asesinatos a las personas que obligaban a estos abortos, sobre todo cuando el padre constataba que el niño abortado era varón. Pero a pesar del escándalo del tema, la obra fue bien recibida y pronto fue reconocida con los premios mayores de la literatura.