Si bien la televisión es el principal medio por el cual los chilenos se informan, el titular en esencia –sorprendente, golpeador, incisivo y diferenciador de la competencia– se manifiesta en la prensa escrita, y es ahí donde permanece en el tiempo. Diarios como Las Últimas Noticias, La Cuarta y el quincenario The Clinic, por ejemplo, gracias a la diferenciación en la forma de enfrentar la cobertura periodística de la realidad, han reconfigurado un espacio público donde se integran elementos que antes sólo formaban parte de la esfera íntima de los individuos, y de paso, cuestionan a quienes concentran algún tipo de poder. Sólo así se explica que el 2 de junio de 2006, a raíz del paquete de soluciones que la Presidenta Michelle Bachelet presentó en pleno conflicto del gobierno con los estudiantes secundarios, Las Últimas Noticias haya titulado: “Mamá salió a calmar las aguas”.

El concepto de poder apunta a la posibilidad de intervenir en el curso de los acontecimientos y afectar sus resultados, siendo el titular de prensa (esa abstracción que condensa aisladamente diversos procesos sociales en una sola línea) un símbolo del poder de la noticia.

Si la información ha sido definida por diversos autores como la “diferencia de la diferencia”, el titular de una noticia –como elemento que concentra el poder de las “diferencias”– permite acercarnos a una realidad que no conocemos, distinta a la de nosotros como audiencias, y a la cual no podemos acceder por nuestras propias limitantes (físicas, sociales e individuales). Es el titular de la noticia –escrito por un periodista que también observa parte de la realidad– el conector entre esa realidad observada y nuestra realidad como lectores.

En sociedades complejas y democráticas, los medios de comunicación masiva se convierten en el principal espacio de información y discusión para gobernantes y ciudadanos, a través del cual pueden tomar decisiones respecto a los hechos que acontecen en el entorno donde se desenvuelven. Por esta razón, y literalmente a primera vista, el titular de las noticias se convierte en un elemento clave para los miembros de una sociedad cuya principal necesidad es la de entendimiento.

El concepto de poder simbólico, desarrollado por John Thompson, plantea que las formas simbólicas, como la información, pueden cambiar el desarrollo de acontecimientos, influyendo en las acciones y creencias de otras personas. También la teoría de la agenda-setting, de McCombs y Shaw, establece que la relevancia que le dan los medios masivos a ciertos objetos (políticos, empresas, asuntos públicos, etc.), puede ser traspasada desde la agenda de los medios a la agenda del público. Por último, el concepto de framing y la forma como los medios encuadran la información que presentan en función de sus propios intereses editoriales, también se constituyen en una forma de poder que se refleja, nuevamente, en los titulares de una noticia.

Algunos titulares nos presentan una realidad desconocida, que forma parte de la intimidad de las personas más allá de su status en la sociedad, y quienes los inspiran van desde autoridades de gobierno hasta ciudadanos comunes y corrientes. Por ejemplo, “Lavandero se pone traje a rayas por abusete”, publicado en La Cuarta, el 17 de Julio de 2005, cuando el ex senador DC fue procesado por abusos sexuales o “Me pasé a todo Chile por la raja”, impactante titular de The Clinic del 13 de Agosto de 2004, cuando, en los estertores del bullado caso Spiniak, Gema Bueno dio una entrevista donde desmintió sus denuncias.

El poder simbólico que adquieren los titulares que día a día forman parte de la agenda de los medios –cuya relevancia se traslada a la agenda de las audiencias– reconfiguran una esfera pública mediatizada, en sociedades como la nuestra que aspiran cada vez más a la deliberación de los asuntos públicos, a través de los medios masivos, y que se convierten en el eje central de la democracia donde se desarrollan. Por esta razón, un titular siempre será un símbolo de poder, y el poder de la noticia estará en su titular.